Columna: Expedientes MX
Autor: Norberto Vázquez
En total en este proceso electoral han sido asesinados 139 personajes públicos en México, de los cuales 61 eran candidatos o precandidatos. De 1990 a 2006 rara vez se asesinaba a políticos en México pero a partir de 2007, cuando comenzó la guerra contra el crimen organizado, estos delitos también se incrementaron.
En México, no sólo la inseguridad y el crimen organizado matan. La política, también es un campo fértil para llevar la intriga proselitista a su máxima expresión, y por supuesto, también asesina. Este fenómeno político delictivo, se viene estableciendo en los más recientes procesos electorales como un patrón común dentro del sistema político nacional: anhelar un cargo de elección popular, conlleva sus riesgos, e incluso, te puede volver parte de las estadísticas de los crímenes dolosos que cada año se cometen en México.
La suma de políticos asesinados durante la campaña electoral de hace tres años no dejó de crecer desde que comenzó oficialmente la contienda electiva: entre el 8 de septiembre de 2017 y el 16 de junio de 2018 se contabilizaron un total de 120 asesinatos a políticos (102 hombres y 18 mujeres), según un informe de la consultora Etellekt.
Hoy, en el escenario proselitista que se inicio de manera formal el pasado 4 de abril, las cosas no han cambiado, y la muerte sigue siendo el común denominador donde diversas variables que configuran las campañas políticas, en ocasiones se transforman en crímenes políticos.
De manera reciente, misma firma Etellekt estableció que el 49 % de los políticos asesinados en este proceso electoral 2021 son de la alianza opositora al actual gobierno, mientras que el 27.6 % de los ultimados son de la alianza Morena-PT-Verde y el resto, son de otros partidos o aspirantes independientes.
En total en este proceso electoral han sido asesinados 139 personajes públicos en México, de los cuales 61 eran candidatos o precandidatos. De 1990 a 2006 rara vez se asesinaba a políticos en México pero a partir de 2007, cuando comenzó la guerra contra el crimen organizado, estos delitos también se incrementaron.
La cifra es contundente, de 2007 a 2012, hubo 156 asesinatos entre alcaldes, autoridades, y siete candidatos, mientras que de 2015 a 2018, 48 candidatos fueron asesinados. Los móviles reportados: desde ajustes de cuentas del crimen organizado, hasta robos violentos, como a cualquier ciudadano, pero también rivalidades políticas.
Las cifras oficiales, no distan mucho de las realizadas por la parte privada. Según datos de la Secretaría de Seguridad y Protección Ciudadana (SSPC), los aspirantes a cargos en municipios son los más agredidos. En lo que va del periodo electoral, se han registrado 10 casos graves de desapariciones o agresiones, entre ellos el asesinato de dos candidatas y un candidato que buscaban un cargo local.
De acuerdo a los resultados de la Estrategia de Protección en Contexto Electoral de la SSPC, la cual tiene como objetivo principal prevenir y sancionar la violencia política ejercida por parte del crimen organizado o del crimen de cuello blanco, desde que se implementó la estrategia hasta ahora se han atendido 117 casos de amenazas contra aspirantes, de los cuales 71 son hombres y 46 mujeres.
Cabe señalar, que 103 de esos eventos involucran a más de un aspirante y en 60 se han abierto carpetas de investigación. Además se han detectado 58 casos preventivos (con alerta de probable violencia), 35 relevantes, en los que los aspirantes cuentan con medidas como un botón de pánico o escoltas, y 10 casos graves en los que se incluyen las desapariciones o asesinatos.
Unos casos: Carla Enríquez Merlín, aspirante a la presidencia municipal de Cosoleacaque, Veracruz, y su madre Gladys Merlín Castro, fueron asesinadas el pasado 15 de febrero; así como el homicidio del ex presidente de la Coparmex en San Luis Potosí, Julio César Galindo, quien aspiraba a un cargo de elección popular; y el asesinato de Juan Antonio Acosta Cano, que buscaba la presidencia municipal de Juventino Rosas, Guanajuato.
¿A qué se debe esta ola de asesinatos políticos sin precedente en la historia de México? ¿Los asesinatos deben atribuirse a condiciones de competencia electoral, o más bien pueden vincularse con actividades de organizaciones criminales?
Para expertos, los asesinatos de candidatos observados en México no son el resultado de una competencia política férrea entre partidos políticos, pues, a diferencia de otros sistemas electorales, en México el acceso al poder y la competencia política siguen mayormente la ruta institucional. Los asesinatos de candidatos más bien están relacionados con las actividades de organizaciones criminales en los municipios en que ocurrieron los asesinatos.
Muchos de estos asesinatos han sido perpetrados por el crimen organizado, que busca incidir en las elecciones, por lo que es responsabilidad del Gobierno federal establecer una estrategia de seguridad efectiva de protección a candidatas y candidatos. Para nadie es un secreto que las organizaciones criminales participan con candidatos en las elecciones, a grado tal que han conformado toda una estructura electoral y una gran bolsa de recursos económicos para que sus abanderados triunfen a costa de lo que sea, en los puestos de representación popular en donde participarán. Las campañas políticas…también matan.
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