En el fondo de todas las agresiones sexuales por la red, que van del grooming, acoso, extorsión, sexting, pornografía, reclutamiento para la explotación y prostitución, entre otros, se detecta una nueva pandemia en la Ciudad de México: el narcisismo cibernético, dice Mariana Morán, Presidenta del partido local Equidad, Libertad y Género (ELIGE).
“Ante el consumismo rampante, la autopromoción en las redes sociales, la búsqueda de fama a cualquier precio y el uso de la cirugía para frenar el envejecimiento evidencian una notable pérdida de valores. Esto es caldo de cultivo para generar ilícitos sexuales que suelen facilitarse mediante Internet y las redes sociales”, comenta Morán.
Para ella, la capacidad de las redes sociales de transformar lo mundano en extraordinario incrementa el narcisismo en las grandes urbes del mundo, como la Ciudad de México.
“Cada día se suben a Instagram 80 millones de fotografías, con más de 3.500 millones de likes mientras en Facebook, millones de usuarios ofrecen detalles de su vida al mundo. Internet nos convierte en narcisistas ávidos de notoriedad fácil, obsesionados por conseguir amigos virtuales y por el impacto de nuestros posts. Por supuesto, esto facilita los crímenes sexuales en línea”, refiere la presidenta de ELIGE.
En las sociedades demandantes y exigentes hay que tener muchos amigos, vivimos hiperconectados y era previsible que el alejamiento social generaría mayores crímenes virtuales. Sin embargo, ante la oleada de conductas inapropiadas en red, subyace además un narcisismoexacerbado. “hacemos todo por llamar la atención, y asumimos falsamente que entre más seguidores tenemos somos más populares y tenemos mayor valor social”, refiere Morán.
Así, “solemos tolerar y hasta volvernos cómplices de conductas inapropiadas, como permitir que un personaje famoso nos toque de manera inapropiada mientras nos tomamos una fotografía con él. Dejamos escrúpulos y principios por un momento de fama”, reflexiona la también Doctora en Pedagogía y Administración pública.
Morán menciona que tal narcisismo no sólo impera entre los adolescentes y jóvenes. “Desafortunadamente es una pandemia que no respeta edades ni jerarquías, pero que prevalece en las urbes donde hay más consumidores “C” como se les llama a los siempre conectados”.
Los antídotos contra el narcisismo en general, y cibernético en particular, según Mariana Morán son dos: educación y autoestima.
“Y en ambos conviene establecer límites y evitar la lisonja y ponderación exacerbada, porque que merecen toda la atención de los otros y su capacidad de empatía disminuye sensiblemente”, dijo Morán.
Sobre el narcisismo cibernético la presidenta de ELIGE exhortó a fortalecer el núcleo familiar como un lugar de integración, paz y armonía, en retomar valores como el respeto y en estructurar una educación basada en límites y no en libertinaje y absoluta permisividad.
Los rasgos del narcisista cibernético
El narcisista está convencido de que es alguien especia y disminuye su capacidad de reconocer los derechos ajenos. “En las redes sociales es común magnificar hechos triviales y convertirlos en grandes acontecimientos reforzados, aparentemente, con el respaldo de los seguidores en línea, por lo que las conductas egocentristas se recrudecen”, dijo Morán.
Para la presidenta de ELIGE en Internet son más visibles las conductas narcisistas entre las que destacan creer que tienen derecho a ofender a los demás, pero no soportan la crítica, asumir que la persona que amas está obligada a corresponderte, creer que no tienes que esperar a otros, confiar en recibir regalos y atenciones de otros, aunque ellos no correspondan igual y esperar amor y admiración de los otros por su sola presencia”.