Columna: Expedientes MX
Autor: Norberto Vázquez
La UIF investiga millones de pesos ejercidos en “gastos de seguridad nacional” durante el sexenio de Enrique Peña Nieto, con cargo a una partida especial “de extrema confidencialidad”.
El 10 de octubre de 2000, Televisa presentó la grabación de una llamada telefónica entre Raúl Salinas de Gortari, preso entonces en el penal estatal de “Almoloyita”, Estado de México y su hermana Adriana Salinas. En los círculos periodísticos y políticos, se sabía a voces que fue Liébano Sáenz, el secretario particular de Ernesto Zedillo quién filtró la comunicación privada.
“Todo voy a aclarar, de dónde salieron los fondos, quién era el intermediario, para qué eran, de dónde salieron y dónde fueron (…) Y voy a decir qué fondos salieron del erario público para que se devuelvan, yo creo que con eso la sociedad sí quedará contenta”, advirtió Raúl a Adriana Salinas.
El 12 de febrero de 2009, se filtró a medios de comunicación una grabación en la que Luis Téllez, entonces secretario de Comunicaciones y Transportes, expresaba que el ex presidente Carlos Salinas de Gortari se robó la mitad de la partida secreta y que al final de su sexenio destrozó al país. “(…) en el caso de Salinas se robó la mitad de la cuenta secreta. Sí hizo muchas cosas (…) López Portillo destrozó al país y Salinas al final también”, se escuchaba decir a Luis Téllez.
Estas son parte de las versiones públicas que se sabe sobre los excesos en el manejo de la partida secreta que mantuvieron los presidentes de la República, que permitieron a personajes como Carlos Salinas, Ernesto Zedillo y Vicente Fox, Felipe Calderón y Enrique Peña disponer discrecionalmente de miles de millones de pesos.
La partida secreta fue creada desde 1917 y fue una especie de caja negra que se financiaba con los recursos del Presupuesto de Egresos de la Federación (PEF), y que se asignaba a la Presidencia de la República, pero podría ser ejercida por otras dependencias, como las secretarías de Defensa, Marina y Gobernación, así como por el Instituto Nacional de Migración, entre otros.
Las pistas apuntan que en el gobierno de Miguel Alemán Valdez, las erogaciones adicionales alcanzaron el 6.6 por ciento de presupuesto total; con Luis Echeverría éstas llegaron al 24 por ciento del total del gasto, y con Carlos Salinas de Gortari, oscilaron en cuatro mil 634 millones de pesos. Este acto de gobierno, fue por décadas el más emblemático del viejo régimen del gobierno autoritario y corrupto.
La partida secreta surgió como una medida para que el Poder Ejecutivo hiciera frente a situaciones imprevistas, que pudieran poner en riesgo el orden público, sin embargo, se convirtió en una herramienta de opacidad y corrupción. Hoy, el gobierno de Andrés Manuel López Obrador investiga millones de pesos ejercidos en “gastos de seguridad nacional” durante el sexenio de Enrique Peña Nieto, con cargo a una partida especial “de extrema confidencialidad”. Dicha partida habría sido creada para, oficialmente, financiar misiones de inteligencia, urgencia y peligro dirigidas a combatir a los cárteles de la droga.
La Unidad de Inteligencia Financiera (UIF) y la Secretaría de la Función Pública (SFP) investigan la forma en que se emplearon más de 40 mil millones de pesos erogados entre 2013 y 2018 por parte de dependencias de seguridad, como la entonces Procuraduría General de la República, el desaparecido Centro de Investigación y Seguridad Nacional (CISEN) y la Secretaría de Gobernación. Para ello se revisa la partida presupuestal 33701, clasificada como “Gastos de Seguridad Pública Nacional”, convertida en la principal fuente de ingresos del gabinete de seguridad, encabezado entonces por Miguel Ángel Osorio Chong.
Hace unos días, el Senado de la República aprobó la minuta que envió la Cámara de Diputados para establecer en el artículo 74 de la Constitución que no podrá haber partidas secretas en el Presupuesto de Egresos de la Federación. Con esta reforma, se dejó atrás la posibilidad constitucional de que haya partidas secretas, que durante muchos años permitieron gastos propios de la corrupción, como elemento del sistema político. Y por supuesto, nadie en la cárcel. Todo un dispendio y enriquecimiento ilícito que se dio por décadas a costa del dinero de todos los mexicanos.
Para llevar…
Lo vine diciendo desde el 2012, las auditorias que hizo la entonces ALDF sobre la construcción de la Línea 12 del metro demostraban un verdadero despropósito, y lo peor, que Marcelo Ebrard “por las prisas” en inaugurarla, hizo todo sin una logística adecuada. En breve.
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