Jorge Buendía, director de la consultoría Buendía & Márquez, señaló que históricamente las elecciones se han visto como un referéndum sobre el presidente, pero añadió que rumbo a los comicios del 6 de junio hay otros factores que dividen los votos entre las preferencias por el partido Morena y los que respaldan a Andrés Manuel López Obrador, los cuales no necesariamente son proporcionales.
En el foro “Encuestas electorales panorama estatal gubernaturas”, organizado por AMAI, CEDE y el INE -y moderado por Lourdes Mendoza Peñaloza- el analista señala que los nombres de los candidatos importan mucho, pero juegan un papel distinto en cada pista.
Buendía apunta que si se ponen nombres a los candidatos a diputados federales se va a tener que solo el 10 o 15% del electorado sabrá quiénes son, pero esta situación no es igual cuando se pasa a la pista de los candidatos a la gubernatura o alcaldes, sobre todo cuando se busca la reelección y son ampliamente conocidos.
Según el experto, una clara muestra es la encuesta de Reforma para diputados federales, la cual muestra una gran estabilidad en las tendencias evaluadas en el mes de noviembre que en el mes de abril y que ponen a Morena arriba con el 40% de las preferencias.
En contraste, con las de los candidatos a los gobernadores y alcaldes se ve una gran volatilidad,
“En las de gobernador y alcaldes, sí te muestran una gran volatilidad porque los candidatos y sus errores importan, cuando es una elección de partido es más estable”, recalca y menciona como ejemplos los casos de Nuevo León y San Luis Potosí, o aquellos en donde los candidatos fueron reemplazados.
Si bien Jorge Buendía subraya que sí hay una correlación entre las preferencias locales y nacionales, señala que esto no quiere decir que acaben en el mismo punto o que tengan que ser un sinónimo.
Para ello, puso como ejemplo las elecciones de 2018, en donde se ve la preferencia de voto en alcaldes, gobernadores, diputados y la presidencia, en donde se ve claramente que Morena tuvo menos votos que los que tuvo López Obrador; lo mismo entre gobernadores y diputados, muestra que hay votos divididos.
Entre más descendamos en el tipo de elección, a lo más local como las alcaldías, es mayor la distancia en el voto para Morena. Aunque en gobernadores y alcaldes se parece más”, precisa.
Por ello alertó que si se pretende inferir que los resultados de alcaldes y gobernadores van a ser los mismos que para diputados y Morena, la probabilidad de equivocarse es altísima, pues se vota de manera dividida.
Además, precisa que también infieren las alianzas entre partidos, pues muchos van juntos a nivel federal, pero a nivel local van solos, o viceversa, por lo que no es la misma “oferta” para los votantes.
“Hay un gran voto dividido en donde los resultados de las encuestas no coinciden, pero no quiere decir que no haya un efecto de arrastre, aquí el punto es la magnitud del arrastre”, puntualizó.
Subrayó que a nivel local Morena tiene muchos candidatos a alcaldías que buscan reelegirse y que no son precisamente los más populares, lo que se traduce a un voto dividido.
Hay que tener cuidado de las inferencias de lo local a lo federal, que esté cerrado una elección a gobernador no significa que vaya a estar cerrado en la de diputados federales, también influye la distribución geográfica del voto”.
Para ello, propone que haya precaución y partir del hecho de que hay voto dividido porque los candidatos sí importan, pero en el caso de diputados federales los nombres muchas veces son desconocidos y los votantes tienden a usar otros elementos para votar, ya sea el partido o el nombre del presidente.
¿Votos para AMLO son votos para Morena?
Jorge Buendía indica que naturalmente AMLO y Morena se ayudan mutuamente, pero también hay otras variables que hacen que los dos se muevan y que están correlacionados, como es el rechazo al PAN y el PRI.
Este sentimiento de rechazo, apunta, se ha reforzado “mañanera tras mañanera” desde el 2018. Aunque las tendencias positivas y negativas de ambos partidos, un poco menos para el PRD, son las mismas, lo que dirige a los ciudadanos a darle su voto al partido de la 4T.
En cuanto al voto útil y las declinaciones, Buendía precisa que para que esto funcione debe haber alguien a quien el electorado rechace de manera tajante, como en las elecciones del 2018 cuando el PAN y el PRD se unieron contra el PRI.
“Pero Morena no despierta tanto rechazo como el que mostró el PRI en su momento, lo que dificulta el llamado al voto útil, como en el caso de Sonora de Bours a Gándara. Ese es un tema que hace muy difícil el voto útil”, reconoce.
¿Cómo se mueven los sectores electorales?
El director de la consultoría Buendía & Márquez destaca que los jóvenes universitarios con estudios completos o incompletos son los dos segmentos que regularmente tienen mayor volatilidad y que se mueven durante las campañas.
Señala el caso de Nuevo León, en donde es notable el movimiento de jóvenes de 18 a 29 años, cosa que se debe principalmente a que son un electorado cuyas lealtades partidarias son endebles: se fijan en los errores, aciertos y ven factores de atracción.
Este es el electorado que le pone mucho sabor al caldo”, señala.
No obstante, señala que no se necesita que se mueva mucho el electorado para que cambien los números. Si hay 40% de empate entre dos fuerzas políticas y 5% del electorado se mueve hacia uno, se abre la brecha pero la volatilidad que observamos es que sólo se mueve un porcentaje y no necesariamente todo el sector, añade.
¿Cuántos estados se lleva Morena?
El analista calcula que Morena se llevará entre 7 y 8 estados; mientras que el PAN conservará Baja California Sur, Chihuahua y Querétaro. Recalca que los otros están disputados o claramente del lado de la oposición.
Sin embargo, apunta a que en situaciones de empate no se sabe cuál es la tendencia, como podría ocurrir en Campeche.
Recuerda que muchos de estos estados en 2016 dieron las sorpresa, cuando se subestimó al PRI y al PAN, como fue el caso de Quintana Roo.
“Hay que tener la mirada fría de ver los números dentro de sus rangos de incertidumbre, que es una de las características de la democracia, cuando el rango no es mayor de 5 puntos”, resalta y hace énfasis en que hay mucha información, sobreestimación y no se sabe a ciencia cierta cuál será el voto oculto.